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RADIO EFÍMERA

domingo, 20 de octubre de 2013

Entre el tiempo y el mercurio



Citado para una entrevista de trabajo en la biblioteca, caminaba presuroso con mi hoja de vida bajo el brazo. Una nube negra venía detrás y hacía presagiar lluvia. 

Aligeré mi paso para evitar que ni una sola gota dañe mi “casimir peinado” y mucho menos mi "brillante trayectoria" impresa en esas hojas. Llegué 20 minutos antes de la cita con mi aspecto pulcro y la carpeta a salvo,  procedí a sentarme y a pensar que sería de la vida si me daban el  empleo, pero al mismo tiempo pensaba en el incremento del precio del gas y en que próximamente necesitaremos cocinas eléctricas.

Muchos pensamientos querían ser parte de ese momento. Decidí pedir un libro para que me abandonaran y me dejaran en paz. 

Fue así que sucedió lo que quería contarles en realidad, al acercarme al bibliotecario un par de señores de edad sostenían y colocaban entre los dos un libro gigante en la repisa. La duda y la curiosidad exigieron que debiera preguntar sobre aquella majestuosa obra.

Se trataba del diario local conocido como "El Mercurio" que recopilaba ediciones del año 1928-1929. Abrirlo fue como ingresar a una máquina del tiempo que sutilmente emanó un olor a viejo que uno quisiera embotellarlo para poder conservarlo. 


Diario "El Mercurio" 1929
Tenía algunas hojas retorcidas, supongo que los lectores fueron muchos. Empiezo a observarlo lentamente y sorpresivamente noto que existe muy poca información del mundo, pienso que en ese tiempo no había prisa por estar al tanto de los últimos sucesos, observo más bien  que los acontecimientos “intrascendentes” de sus pobladores adquieren trascendencia y se tornan públicos como un afamado joyero que se va de viaje y desea cobrar créditos otorgados a su distinguida clientela o la libertad del Sr. Villavicencio, luego de haber permanecido prisionero, o el infeliz que se atragantó comiendo carne de chancho.

La publicidad y los anuncios pululan, intrigantes, llamativos, imaginativos, dignos de un estudio profundo por la perspicacia e ingenio utilizado para llegar al más común de los mortales. 

En medio de todo este universo aparecen algunos artículos como una especie de ensayos donde se exponen puntos de vista filosóficos, sociales, políticos etc. 

De repente suena mi celular y regreso a la época actual. Me hacen saber que la ansiada entrevista de trabajo se retrasará una hora más, lo cual confirma que regresé a la realidad y por sobre todo al Ecuador.

Supongo que en esa época muy pocos eran los periódicos que iban al tacho o servían para limpiar vidrios, más bien eran concebidos para ser leídos, analizados y comentados con el tiempo.

Para este servidor fue un viaje maravilloso de casi 2 horas. Bendigo a Gutenberg por crear la imprenta.

Por cierto, ¡conseguí el empleo!

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